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Los bastoncillos que conocemos, de plástico, tardan alrededor de unos 300 años en degradarse y representan uno de los residuos plásticos MÁS contaminantes de los mares, causando la muerte a muchas aves, peces y tortugas por asfixia o atragantados.

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Poco a poco vamos conociendo más alternativas a este producto:

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• BASTONCILLOS DE ALGODÓN Y BAMBÚ. Están fabricados con algodón suave y bambú orgánico (certificado), por lo que nos encontramos ante un producto biodegradable y compostable. Puedes tirarlo a la basura orgánica o incluso tirarlo al compost sin ningún problema. Por suerte su producción no requiere de mucha agua, son de comercio justo, sostenibles y respetuosos con el medioambiente.​

 

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• BASTONCILLOS LAVABLES Y REUTILIZABLES DE SILICONA. Es higiénico y bastante duradero. Los cabezales no se pueden repetir, ni se sueltan, ni son intercambiables. Diría que es de las mejores opciones ya que no conlleva la filosofía de 'usar y tirar' sino que lo puedes lavar y utilizar durante un largo periodo de tiempo.

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